lunes, 1 de marzo de 2010

Dureza y debilidad

Te llevas media vida educando a los hijos e imaginando cuando vas a poder vivir para ti. Te enfadas porque piensas que no maduran y con la dureza de la educación que nos dieron nuestros padres, intentas hacerles ver cual debe ser el camino a seguir.
Sin darnos cuenta van creciendo y a la vez envejecemos, aún no somos viejos, pero tenemos casi 50 años con lo que al mirarnos en el espejo vemos la cruda realidad, esas patas de gallo comiezan a ser parte de nuestra mirada.
Sin saber como pasó un día se marchan a vivir su vida. Llega un gran vacío, que te inunda y es cuando te sientes débil, triste, solitario, igual que un niño que se perdió en la calle por un descuido momentáneo de su madre...
Esa dureza con la que le reñías se vuelve debilidad, no quieres que suceda pero todo llega.
Quisiera decirte que tienes una mano amiga, no sé si yo la tendré cuando me suceda a mi.

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